Tinta sobre tiempo IV

Se fueron todos a la cama pronto, y antes de que dieran las doce en el reloj de la iglesia del pueblo, cuyas campanas resonaban lejanas, como un eco profundo que tenía algo de estremecedor, en la casa reinaba el silencio, la tranquilidad aparente que suele contener las más inoportunas tensiones.
Javier no podía dormir. Daba vueltas en la cama húmeda de sudor, e intentaba no pensar. Pero no lo conseguía. Sumido en una especie de duermevela pegajoso e intranquilo, le parecía ver a su ex sonriéndole desde la oscuridad del pozo abandonado, justo desde el centro de la oquedad en la piedra. Una sonrisa brillante, que invitaba al beso, y desde luego al recuerdo.
No quería recordar. Encendió la luz de la mesilla, para espantar los fantasmas de su imaginación, y estos salieron por la ventana con rumor de hojas, casi podía sentirlos, se iban con pereza, con desgana, obedeciendo su orden, porque él todavía era el dueño de sus recuerdos. O por lo menos eso pensaba.
Se levantó irritado consigo mismo, sintiéndose inmaduro e incapaz de dominar sus sentimientos.
Miró por la ventana, y vio como una media luna afilada recortaba las copas de los árboles con su hoja, al compás de un ulular de búhos que parecían cantarle una nana a la vida para que descansara en los brazos de la madre tierra.
Respiró profundamente, y poniéndose una camiseta y un pantalón corto, se decidió a salir.
El campo le estaba esperando, le llamaba prometiendo consuelo y comprensión, le hablaba de brisas suaves que se llevarían su melancolía. Y él acudió.
Apenas se había alejado cien metros de la casa cuando la vio, la silueta algo difusa a la escasa luz del cuarto creciente, extrañamente quieta, las manos a los lados del cuerpo, ligeramente abiertas, expectante.
Se volvió sobresaltada por el ruido (escaso) que él hizo al aproximarse, y cuando lo vio se llevó una mano al corazón en una actitud que en ella parecía un tanto teatral.
- ¿Qué haces aquí?
Era inútil intentar ocultarlo, tenía los ojos anegados en lágrimas, la luz incierta se posó en sus ojos lo suficiente para que él se diera cuenta.
- No podía dormir, y salí a dar una vuelta, hace un tiempo estupendo ahora para pasear, mucho mejor que de día.
Sonrió con desmayo. Ella le cohibía allí más que nunca, como si el aquel prado fuera su territorio y él un invasor.
- Yo también tenía insomnio. Creo que es una de esas noches en las que uno está tan cansado, que precisamente por eso no puede dormir.
Sus labios se curvaron en una sonrisa casi divertida.
Javier, que prestaba una atención extraordinaria a los gestos de las personas, se creyó libre para intentar tener una conversación con ella, un poquito más íntima de las pocas y breves que habían tenido hasta ahora.
- Es que después de trabajar, los dos críos. Me sorprende de veras como podéis combinar eso algunas mujeres. Además los niños tienen una energía que a veces puede resultarle agotadora a una madre.
Esta vez la expresión de él era decididamente amigable, invitándola a seguir hablando.
Conchi se puso muy seria y empezó a andar hacia la casa, murmurando un si de compromiso que le dejó perplejo, porque sonaba roto y cansado, sonaba vulnerable, realmente, y la vulnerabilidad, a la Conchi que él conocía, le era totalmente ajena.
- ¿No quieres pasear un poco más?
Su voz sonaba tan poco convincente que a él mismo le entraron unas ganas repentinas de refugiarse en la oscuridad de su cuarto, de desaparecer.
- No
Esta vez cortante, bella y cortante como el filo de la luna que les espiaba desde arriba.
Porque era bella, él podía ver eso. Y seguía sin gustarle. En su belleza anidaba el dolor, un dolor sordo y confuso que creaba un espacio entre ella y el resto del mundo.
- Buenas noches Javier
La había ido siguiendo casi sin darse cuenta. Se despidió y subió a su habitación. Allí se quedó tendido en la cama, con la lámpara encendida, pequeña y amarilla pretensión de protegerse contra el pasado que podía volver por la ventana abierta a instalarse en su cabeza.
Conchi también se acostó , después de comprobar que al menos los niños si dormían.
Ella apagó la luz, y sólo entonces se llevó las manos a los ojos para secarse unas lágrimas que el aire de la noche ya se había llevado.
Empezó a estirar las piernas y la espalda, haciendo ejercicios de relajación, primero tensión en el talón, puntas hacia arriba, aguantar ahí, y luego destensar combando ligerísimamente las lumbares, separando las piernas por las rodillas, desmadejándose, una y otra vez.
Hasta que se durmió.
(Continuará...)
Imagen: Archivo (retocada con Photoshop)
12:56 a.m. Escuchando: el viento
28 comentarios
Moonsa -
pitijopo -
El fugitivo -
Moonsa -
Miramar ya la apagó hombre no seas cenizo XDDD Yo que estaba pensando que a este paso lo tendremos que liar con tu Patricia ;))))))
MIramar -
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Pitjoreta -
Qué bien recibida me siento luego de tanto tiempo :)
Y coincido con Ike!
Besos :*
Moonsa -
Brisa -
Aunque creo que se me ha ido un poco la olla al comentarte... :) Peto-net.
Moonsa -
Anaaaa ya menos cargada de trabajo? :***
Lyzzie, cuando estrené el blog, me dió como una fiebre de Photoshop, ahora estoy más calmada, porque al principio me embalaba con los retoques y al final a la papelera con ello porque me había pasao XDDDD
Marta si fuera del blog eres igual que aquí!:D Estás siempre en todas partes y provista de un entusiasmo que no veas. Qué comes mi niña? XDD
lua lo que te pasa a ti (viendo tus comentarios en otros blogs jiiji) es que tienes el romántico subido ;)
A todos, gracias por seguir esta historia. La empecé con la idea de obligarme un poco a terminar un relato largo, como le dije un día a Gonzalo, y la verdad, con lo que apretáis, cualquiera no sigue! XDD. ;)
Petonets :*******
lua -
Vas a tardar mucho en hacer la V entrega???? ya tardas :D
Dark kisses
Marta -
Sabes que significa? Que enganchas!! Eres peor que la cafeína, el chocolate o el tabaco, cada uno a elegir :p
Por cierto, he dicho que me encanta tu historia? Me encanta, me encanta, me encanta.
Un par de besos más!!
Y... (vuelvo a mis segundos comentarios, recupero mi inspiración para contestar!) la imagen retocada muy chula!! Hija, que lo tienes todo!
Marta -
Nos haces esperar -y desesperar- pero, que maravilla! Eres un as escribiendo.
Diréis lo que queráis del Javier ese, pero yo me siento muy identificada con la prota :p. Eso de acostarse con lágrimas y haciendo ejercicios... Me suena, me suena.
Besos Moonsita!!!
Lyzzie -
Besos!
Ana -
Princesa -
Moonsa -
Kuantic -
http://www.bne.es/Goya/c75.html
Moonsa -
Moonsa -
Gabriela me alegro de que te guste :)) Y tienes razón, a veces el campo y la luna dan una melancolía...pero supongo que también necesitamos nuestra dosis de eso ;)
Mon Jaja Mon claro :D Los personajes que conocéis de momento no fuman. Pero es que hay más gente, que no ha salido todavía ;)
Kuantic esa frase...es de una canción? Ays es que me suena muchísimo y ahora soy incapaz de recordar de qué :S Help! :)
izi -
Besos.
Kuantic -
Mon -
Mon -
yo estoy como esas viejas que empiezan la novela después de 10 capítulos.
insomnio?
¿qué pasa que todo el mundo tiene insomnio?
¿algún personaje fuma? porque debería fumar....
no pienso perderme el capítulo que viene.
besosssssss!
Gabriela -
Turandot -
A ver, Conchi malaaaaa, Turandot bueeeeena xDD
Na, es bromita. Está interesante el relato... con noches de insomnio incluidas... me gusta me gusta
Un besote!!
Moonsa -
Gracias ;)
Ess has vuelto definitivamente? :)) (les veías venir??)
Ess -
Ike Janacek -
¡¡Espero más capítulos!!:D