Abandono
En los intersticios de la pared de piedra vieja crecían hierbas y musgos en tal cantidad, que la casa parecía estar cubierta con un abrigo de lana tejido con ovillos de diferentes tonalidades de verde. Por el cuello del abrigo asomaba una chimenea que algún día debió de ser blanca, pero ahora era un montón de grises pinceladas en desorden que apuntaba al cielo.
A la altura del pecho se abrían dos ventanas estrechas de las que sólo quedaban los marcos polvorientos, y un poco más abajo, entre ellas, el vestigio del grabado de un reloj de sol, con su aguja oxidada hendiendo el aire del mediodía.
Y finalmente la puerta, un enorme portón de madera surcado por las venillas y los ojos de los que algún día fueron árboles, castigada por el viento y la humedad, pero aún recia y bien aposentada en sus goznes. Una fiel guardiana que ya no tenía nada que guardar, salvo nidos de ratones y reuniones clandestinas de malas hierbas.
Algún día hubo allí risas de niños, música y palabras, olvidos y lágrimas, pasión y rutina. Quien sabe, quizás sucedió allí alguna de esas escalofriantes historias que se cuentan en el campo alrededor del fuego en invierno, o puede que una vez la casa fuera el nido de un amor campesino, recién estrenado, oliendo a espliego y a lavanda, con cachorros de gatitos correteando por las escaleras y macetas alegres en las ventanas.
O tal vez el recuerdo resultaba ser más gris y no había sido más que el techo que cubría a un hombre sólo y huraño que tenía por únicas compañeras a las montañas...
El sauce del jardín se sigue meciendo al son de la brisa, sin nostalgia, sonriendo entre el llanto de sus ramas, viendo pasar la vida y esperando que un día vuelva a detenerse a descansar bajo su sombra, y se cuele de rondón por la gatera, y agite los muros desgastados hasta que salga por la chimenea el humo blanco de las ilusiones nuevas. Espera confiado, él sabe. Y los pájaros saludaran a los nuevos moradores desde el frescor otra vez limpio y claro de la alberca. Pronto. Por eso sonríe, y espera.
Imagen: While you are asleep
12:52 p.m. Escuchando: Marisa Monte (Rose and Charcoal)
A la altura del pecho se abrían dos ventanas estrechas de las que sólo quedaban los marcos polvorientos, y un poco más abajo, entre ellas, el vestigio del grabado de un reloj de sol, con su aguja oxidada hendiendo el aire del mediodía.
Y finalmente la puerta, un enorme portón de madera surcado por las venillas y los ojos de los que algún día fueron árboles, castigada por el viento y la humedad, pero aún recia y bien aposentada en sus goznes. Una fiel guardiana que ya no tenía nada que guardar, salvo nidos de ratones y reuniones clandestinas de malas hierbas.
Algún día hubo allí risas de niños, música y palabras, olvidos y lágrimas, pasión y rutina. Quien sabe, quizás sucedió allí alguna de esas escalofriantes historias que se cuentan en el campo alrededor del fuego en invierno, o puede que una vez la casa fuera el nido de un amor campesino, recién estrenado, oliendo a espliego y a lavanda, con cachorros de gatitos correteando por las escaleras y macetas alegres en las ventanas.
O tal vez el recuerdo resultaba ser más gris y no había sido más que el techo que cubría a un hombre sólo y huraño que tenía por únicas compañeras a las montañas...
El sauce del jardín se sigue meciendo al son de la brisa, sin nostalgia, sonriendo entre el llanto de sus ramas, viendo pasar la vida y esperando que un día vuelva a detenerse a descansar bajo su sombra, y se cuele de rondón por la gatera, y agite los muros desgastados hasta que salga por la chimenea el humo blanco de las ilusiones nuevas. Espera confiado, él sabe. Y los pájaros saludaran a los nuevos moradores desde el frescor otra vez limpio y claro de la alberca. Pronto. Por eso sonríe, y espera.
Imagen: While you are asleep
12:52 p.m. Escuchando: Marisa Monte (Rose and Charcoal)
9 comentarios
Moonsa -
Besx -
Turandot -
Es como ver un cuadro, como saborear un delicioso postre de chocolateeee, me encantó!
Brisa -
Moonsa -
lua -
Dark kisses
Hija de la Luna -
Bikos.
Marta -
Me gusta, me gusta mucho como escribes y como describes las sensaciones. También me ha gustado ese párrafo. Es todo ternura.
Un beso.
not a pretty girl -
Petons