Relatos imposibles - "Zorba, no saltes!" Primera Parte

Un día les anunció que se iba un par de semanas a ver a su familia, y que mientras estaba fuera, en parte por tener una ayuda económica, y en parte para que su marido no estuviera sólo, iban a tener a un estudiante viviendo en la casa. Se lo explicó enseguida a sus vecinos para que no se sorprendieran si veían allí a un extraño. La despidieron entre besos y abrazos, y la vida siguió su curso normal, o casi. Porque el nuevo inquilino del piso de al lado irrumpió en ella de repente, a raíz de una lavadora que no funcionaba, la suya. La madre de Ana, le vió desde el lavadero pelear con botones y grifos preocupado, y le preguntó que le pasaba. El aparato se negaba a obedecer al que para él era un desconocido, y la ropa permanecía enjabonada y apelotonada sin que pareciera haber remedio a la situación. La buena señora, en atención a Helena, y porque era una mamá pollo de por sí, se ofreció a aclararle y centrifugarle aquella ropa. El vecino aceptó y se deshizo en agradecimientos balbuceados en precario español.
Al día siguiente, se presentó en la casa. La madre de Ana le abrió confiada, y sonriente, pensando que el pobre muchacho quizás tenía más problemas domésticos, Pero no, el chico sólo acertaba a hilvanar frases que sonaban más o menos: Muchísimas gracias, ustedes ahora ser mi familia. Yo querer quedarme aquí con ustedes, porque ser familia.... ella escuchaba educadamente, intentando entenderle y la vez hacerle marchar, cuando él de repente vio una fotografía de Ana sobre el mueble del recibidor.
Es Nuria! exclamó visiblemente emocionado La veo en Facultad Filología
La pobre mujer, que ya estaba más que mosca, acompañada por la señora de la limpieza, una andaluza de rompe y rasga que se había asomado en calidad de guardaespaldas improvisado, le contestó que aquella chica no se llamaba Nuria, sino Ana, que era su hija, y que no estudiaba Filología , si no Psi-co-lo-gí-a (así, silabeando, por si no la entendía).
El insistió, y ahora el balbuceo sonaba más o menos así: Es Laura, y ustedes mi familia, y yo querer quedarme en esta casa.
Con el desconcierto que os podéis imaginar, la madre de Ana y su guardaespaldas intentaron echarle de allí, y lo consiguieron después de bastante rato de diálogo para besugos, pero sin perder las formas.
Después de que se tomaran un café con leche y unas galletas comentando lo ocurrido e intentando adivinar que le pasaba al extraño vecino, la paz volvió a la casa, llegó la noche, y con ella, Ana, que venía de la facultad con una compañera.
Se lo contaron y le pareció rarísimo. Entraron en la habitación para estudiar, y abrieron la ventana, porque todo esto pasaba en uno de esos pegajosos veranos barceloneses. A su amiga le pareció ver una sombra en el lavadero de los vecinos, repetidas veces, pero cuando se lo decía y Ana miraba, por lo visto la sombra se escondía, así que pensó que eran imaginaciones provocadas por el relato de su madre.
Hasta que la compañera de clase se fue a su casa, y la familia a dormir.
Ana siempre padeció de insomnio, y cuando lograba dormirse, se despertaba con el zumbido de una mosca. Con más razón la despertó la voz de su abuela de 87 años, serena, pero en tono perentorio, que decía desde su cama:
Nena, aquí hay un señor
(continuará...)
Imagen : Gretchen Jones
01:11 p.m. Escuchando: Satie "Gymnopédie"
7 comentarios
Marta -
Marta -
Moonsa -
esquivando -
lua -
Vamos a tener que esperar hasta mañana??
Dark kisses
not a pretty girl -
petons
Hija de la Luna -