Hoy he tenido clase con el grupo de niños de 5-6 años.
Como el sábado tienen el festival de música de final de curso, llevan varios días ensayando, trabajando con verdaderas ganas, pero claro, repitiendo una y otra vez las mismas canciones.
Así que hoy he decidido darles un respiro, y les he propuesto inventar un cuento entre todos, un trocito cada uno, e irlo representando. Cuando yo decía el nombre de alguien, este seguía donde el otro lo había dejado. Y naturalmente yo también participaba; lo hago siempre para levantar la historia cuando decae.
Pues bien, el cuento lo ha empezado una niña, diciendo que sucedía en un colegio, donde un grupo de alumnos ensayaba para un festival de final de curso :D, pero al poco rato nos encontrábamos inmersos en un mundo de seres imaginarios, vampiros, brujas, fantasmas, ogros...así que para contrarrestar yo he puesto un hada, que cantaba, y volaba.
Después de haber llegado a un acuerdo diplomático con el Sr. Ogro, y por mediación de uno de sus estornudos extraordinarios, hemos vuelto todos al aula.. Pero ¡Ay! el hada, propulsada por la fuerza del terrible estornudo, se ha encontrado de repente en el aula con nosotros.
Tranquilos, un grupo de diez niños de esa edad conducido por una niña de bastante más edad, tiene soluciones para todo.
Nos hemos puesto de acuerdo para estornudarle al hada a la de tres, y con el impulso conjunto enviarla al país de la fantasía.
Hasta ahí, bien, si exceptuamos el pequeño detalle de que eran las cuatro menos veinte, y la clase no acababa hasta las cuatro.... Así que les dije que el hada se había olvidado su varita mágica.
Y aquí es donde he empezado a alucinar.
Les he pedido que me ayudaran a pensar algún modo de volver al país de la fantasía.
Una niña de seis años, muy pizpireta ella, con una sonrisa de oreja a oreja, me ha anunciado que el hada nos había dejado un ordenador para que la pudiéramos ver siempre que quisiéramos.
Yo, como si nada, oiga, le pregunto: ¿y cómo la veremos en el ordenador?. Se ha quedado un poco pensativa, pero enseguida me ha dicho: por Internet. Ahí yo ya hacía esfuerzos sobrehumanos para no troncharme de risa, pero he seguido adelante; si, pero por Internet cómo?. La niña Uhmmm...Ah! Tiene una página web!. Armada de ratón imaginario, me he puesto a buscar en un Google inexistente frente a la pantalla de la sala de audiovisuales, que hacía las veces de monitor. Sin perder la compostura, iba inventando entradas del Google...Hada voladora del Polo Norte y ellos Nooo Hada voladora, ofertas de verano y los niños Nooooooo! Hada voladora que canta...las cuarenta y todos, muertos de risa Que noooooooo!, hasta que por fin he visto la entrada correcta Hada voladora cantarina del país de la Fantasía y cuando todos: Siiiiiiiii! yo, que intentaba por todos los medios derrotar a las pequeñas fierecillas cibernéticas, he saltado: Ya tengo la web, pero ¿cómo la vamos a ver?.
Y todos los niños, que me rodeaban, metidísimos en la historia, han coreado:
Con una web caaaaaaaaaaam!
Así eh, web cam, en inglish.
Señoras y señores, ¡bienvenidos al siglo XXI!
Imagen: www.enchantedfantasies.com 10:15 p.m. Escuchando: "Première Arabesque" de Debussy, por Markus Klinko (arpa)