Imagen en tamaño realCierro los ojos y empiezo el proceso.
Hay que ser cuidadoso, concienzudo, y tener todo el material a mano antes de empezar, limpio de polvo y paja y ordenado.
Las herramientas, que a menudo están oxidadas por la falta de uso, deben limpiarse a conciencia con el alcohol del perdón, y es aún más seguro y eficaz usar con ellas un esterilizador de compasión que elimine completamente los rastros de la soberbia y el miedo. Ni que decir tiene que el fuego de un espíritu noble dejará los instrumentos libres por completo de cualquier rastro de rencor o mezquindad.
Es imprescindible que la pereza y la impaciencia no estén presentes en el lugar donde va a realizarse la operación.
Poner una música relajante puede ayudar.
Una vez practicada la primera incisión, cortaremos la vida cotidiana en pequeñas partes, más o menos del tamaño de un sello de Correos. Los trocitos resultantes deben ser retirados con cuidado para su observación con el microscopio de la humildad. Una vez realizada esta tarea, las partes que presenten un color más enfermizo (suelen ser matices del gris) serán tratadas durante un tiempo prudencial con rayos ultravioleta de creatividad, a fin de que los colores originales vayan apareciendo bajo las capas de aburrimiento.
Con frecuencia pueden aparecer inconvenientes en esta parte del trabajo, en forma de pequeñas hemorragias de tedio que pueden ser fácilmente cortadas aplicando una solución salina de constancia al 60%.
En casos aislados, se han llegado a encontrar en el paciente abscesos purulentos de rabia. Si esto ocurre hay que proceder rápidamente, hacer un corte lo suficientemente grande para vaciar el absceso, y desinfectar con un antibiótico cuyo principio activo es la serenidad.
En este punto, estamos preparados para volver a unir las piezas. Hay que tener un infinito cuidado en ordenarlas de un modo coherente, y sobre todo asegurarse de que no queden resquicios entre ellas, porque se pueden producir fugas de autoestima de consecuencias imprevisibles en el postoperatorio.
Si las lesiones a tratar han llegado a producir hipertrofia en el centro de la esperanza, debe instalarse un pequeño tubo de drenaje para sueños que será revisado de manera periódica.
Cerraremos la herida con hilo de inteligencia, ya que es el tipo de sutura más segura para evitar posibles infecciones de autocompasión o desgarros de soledad en los puntos.
Y después de cubrir la zona afectada con unas diestras pinceladas de yodo de cariño, dejaremos al paciente en la sala de recuperación durante unas 24 horas.
Pasado este período puede empezar a alimentarse al paciente con una dieta blanda e hipocalórica de actividad moderada, a fin de que se vaya acostumbrando paulatinamente a usar su nueva vida.
Observaciones: Este tipo de operaciones producen éxitos espectaculares siempre que las lleve a cabo un verdadero experto, y el mejor experto en estos casos suele ser
uno mismo.
Imagen: "Cirugía del alma" Moonsa 18:00 Escuchando: El silencio que precede a una tormenta